LUIS PÉREZ AGUADO

LUIS PÉREZ AGUADO
Escritor, Profesor e Historiador

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domingo, 21 de febrero de 2010

LOS QUE NUNCA PISARON UN AULA.-

Septiembre es el mes de los replanteamientos. Un nuevo curso escolar se abre interrogante. Y, como todo nuevo curso, una mirada que se proyecta sobre lo desconocido. Mil pequeños factores vendrán dados por imponderables que  escapan a nuestras previsiones. Sin embargo, hay algo que, por lo frecuente, ha dejado de sorprendernos. Son los  despistes de la máquina burocrática y los desaciertos  que, además de añadir confusión, vienen a demostrar, una vez más, que la política educativa en esta comunidad ha dejado de ser una prioridad  hace ya tiempo.
Los recientes datos que reflejan que en Canarias hay 53.000 personas  que no saben leer ni escribir, es un testimonio fehaciente de que algo está fallando.
De esos canarios, 3.000 están comprendidos en edades que oscilan entre los dieciséis y los treinta y un años. Claro ejemplo de que existe fracaso político en Educación. Como de costumbre, aquí nadie asume la culpa de nada. Si acaso, y en eso si son expertos, le cargarán el muerto y el fracaso de todo el sistema educativo al docente. Lo triste del caso es que estos datos siquiera sirven de reflexión a los “mandamases” educativos. Probablemente, esto sea así porque ni ellos mismos conocen la realidad de los centros escolares, aunque también pudiera ser que fuera porque en  ese porcentaje  esté incluido alguno de nuestros “ilustrados” responsables políticos, única forma de entender esta apatía y el poco interés por corregir el sistema. Pero eso es lo normal en los tiempos que corren. Por lo visto, los únicos que saben lo que se necesita en las aulas son los que jamás han pisado un aula. Por la misma razón que los únicos que saben cómo se enseña Geografía, Historia, Lengua o Matemáticas son los que no saben ni Geografía, Historia, Lengua o Matemáticas. Ahora, eso sí, son expertos pedagogos, coordinadores de no sé qué y presidentes de no sé cuantas cosas.
Veamos como funciona la cosa con un ejemplo real y fácilmente demostrable. Desarrollo mi labor docente en un instituto de esta comunidad. Tengo asignada una tutoría sobrecargada de alumnos (nada nuevo bajo el sol)  de segundo curso de la  ESO.En ella sólo cinco niños tienen todas las materias aprobadas del curso anterior (lo que antaño sería un caso atípico hoy, por mor de una ley absurda, se ha convertido en lo habitual). El resto de alumnos y alumnas de la clase se reparte entre repetidores y niños y niñas con asignaturas pendientes, de los que trece tienen entre cinco y ocho asignaturas (cosas de la edad, dicen, ya que la norma obliga a pasar al alumno al llegar a la edad que tienen ahora). Para llorar.
Pues, los “expertos” que no producen nada, tienen la desfachatez de cargarles el mochuelo a los profesores y atribuirles a ellos la exclusiva responsabilidad de su acción educadora. No cuentan con que muchos de los comportamientos violentos que se producen en el aula tengan que ver con las condiciones en las que se enseña. Alumnos con falta de interés que están encerrados en un aula escuchando cosas que no entienden ni les interesa y que su única aspiración es molestar en clase porque no se les da otra opción y se aburren.
Hay que hacer milagros para, desde la precariedad, atender adecuadamente la diversidad de estos alumnos con una clase numerosa, con esta maravillosa mezcla de alumnos con nulos hábitos de estudio, dificultades de base, disruptores (lo que en “términos cariñosos” nuestros humoristas Piedra Pómez llamarían niños “desinquietos”) o con necesidades educativas especiales, para los que nadie nos preparó, pero a los que les daremos una enseñanza de “calidad” simplemente porque le hacemos una adaptación curricular individualizada, un ACI (perdón, ahora, han descubierto el remedio a todas los problemas, y para demostrar lo mucho que trabajan –quise decir,“para que trabajen los demás”-le cambian o amplían la terminología ahora se les llama NEAE, NEE, ECOPHE, ACUS...¡Qué cosas! ) y que serán aplicadas, tal como recoge la norma, por el profesorado de las materias correspondientes. O sea, yo. ¡Qué bonito!
Tampoco nos escaparemos de los informes justificativos posteriores, memorias y demás tareas burocráticas a los que estas eminencias educativas nos tupen. No sé si porque creen que se es mejor educador  entre más burocratizado se está o porque tratan de desviar la atención del profesorado. Lo cierto es que,con tanta tarea rutinaria, reuniones inútiles y exceso burocrático los alumnos no están mejor atendidos, que es para eso para lo que hemos sido formados. Esa es mi personal visión del asunto: entre más se burocratiza al profesorado más calidad educativa se pierde. Un tiempo precioso que se podría dedicar a discutir proyectos renovadores, a buscar objetivos más acordes con las necesidades formativas del alumno, a metodologías más activas, más tiempo a los alumnos atrasados, a preparar lecciones siguiendo unas programaciones reales. En definitiva, a situar realmente el centro de la enseñanza en el alumno y no en cubrir el expediente a la administración ni en camuflar el fracaso escolar rebajando los niveles educativos.
 
La violencia en las aulas es otro de los problemas a resolver.- VEGUEROS S.M.
 Como ustedes supondrán, a un monumental quebradero de cabeza  me acompaña un verdadero problema de identidad,ya que no sé que es lo que soy. Elegí esta profesión para educar, pero al final, a golpe de decretos, me han convertido en administrativo, sanitario, bombero y espía, porque hasta eso es lo que hacen los profesores cuando se les asignan en las guardias funciones de seguimiento y control a los compañeros en sus ausencias o retrasos,como buenos jefes de personal de cualquier prestigiosa empresa, aunque sin esa categoría ni paga, por supuesto. ¡Faltaría más!
Con este desconcierto, frustrado, desanimado y desvalorizado, no es difícil entender la desesperanza e inhibición de algún  profesor o maestro, al que se le está aumentando y exigiendo continuamente nuevas responsabilidades como si la solución a los problemas sociales los tuviera en exclusiva la escuela. Porque, lo divertido de los hijos es fabricarlos… de lo demás que se encarguen los maestros. Podemos entender que es necesaria la acogida temprana  para que las familias puedan cumplir con sus obligaciones laborales. Pero, como los padres siguen teniendo problemas para conciliar su vida laboral con la familia,la responsabilidad parece que vuelve a ser de los centros educativos y no de las empresas que no flexibilizan sus horarios. Y como políticamente vende, pues serán los colegios nuevamente los que resuelvan la papeleta,como ha manifestado el propio presidente del gobierno canario.
Las familias quieren que los centros permanezcan abiertos más tiempo para tener a los niños bien cuidados. ¿Y para cuando tiene previsto abrir los colegios los sábados y los domingos? Lamentablemente,eso es lo que entienden algunos padres cuando se habla de conciliación familiar. No es para estar con sus hijos y disfrutar de ellos y con ellos. Tampoco les preocupe gran cosa cómo puedan estar hacinados sus hijos en el colegio con unos ratios de escándalo ni qué formación real están recibiendo con esa carencia de medios ni por qué los objetivos a alcanzar son cada vez más ridículos. Lo verdaderamente importante es que sus hijos –que son suyos- estén vigilados. No importa mucho cómo, pero si que estén. Porque de lo contrario, si de verdad estuvieran interesados por su educación,ya habrían sacado las uñas hace tiempo. Los “expertos y sabios” pedagogos tampoco han abierto la boca para proteger a esos niños, que tanto quieren permanecen encerrados casi todo el día en un centro escolar.Probablemente, porque el bienestar del niño nunca ha primado sobre la voz de su amo y no es de recibo ni políticamente correcto ir en contra de los intereses del político de turno.
Por lo pronto, como no podía ser menos, yo ya me puse las pilas y, aunque no pueda arreglar el mundo, haré lo mejor que sé y pueda mi delicada tarea. No obstante, costará trabajo “disimular” las incongruencias de nuestros expertos en educación.
VEGUEROS S.M.  Por una educación de calidad.-

PENSANDO EN LAS MUSARAÑAS.-

Para llegar a la luna las naciones más pudientes y poderosas de la Tierra han necesitado cohetes para que sus astronautas pisaran su superficie. Sin embargo, muchos de nuestros parlamentarios no necesitan artefactos ni extraños artilugios o petardo que los impulsen para llegar a nuestro satélite, tan admirado y querido por los enamorados y causante de la transformación peluda del hombre lobo. Esto es lo que tengo que pensar de determinados parlamentarios que, supongo, estarían en la luna o subidos a la higuera cuando su grupo político les propuso la desprotección de más de 200 especies de la flora y la fauna canaria amenazada y en peligro de extinción. 

A la chita callando, de puntilla y sin molesta publicidad presentaron en el Parlamento una Propuesta de Ley de Nuevos Catálogos de Especies Amenazadas de Canarias. No se encomendaron a Dios ni al diablo ¡ni falta que les hace! pero tampoco consultaron a los versados técnicos y expertos de las universidades canarias. Desoyeron las Directivas Europeas y las recomendaciones más recientes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y se pasaron por el forro los Libros Rojos de las Especies Amenazadas. No estaban, precisamente, pensando en la musaraña cuando esto sucedía, pues justamente será la Musaraña de Osorio, el “ratón trompetudo” exclusivo de las zonas húmedas de Gran Canaria uno de los primeros en extinguirse al ser desprotegido. Pero con este hocicudo y minúsculo pariente de los topos, probablemente, desaparecerán otras doce especies de toda Canarias consideradas en peligro de extinción, sensibles a la alteración de su hábitat, ocho taxones incluidos como vulnerables y otras especies catalogadas actualmente de interés especial en cuanto a su conservación.

¡ esto es lo que tenemos!

Una clase política, con una “formidable sensibilidad”, que cree que servir a los intereses del pueblo es hacer lo que le venga en gana, pero ¿qué podemos esperar si la ignorancia está incrustada en ella? Estos despistados parlamentarios, que tienen la obligación de velar y cuidar nuestro legado natural y cultural, son los mismos que no se cortan un pelo a la hora de subirse retribuciones a su antojo, es decir, cuándo les apetezca y cuánto quieran, mientras que el salario mondo y lirondo de un honesto currante es de 624 euros. Son los mismos que quieren más para ellos y menos para los demás.

Los mismitos que se inventan comisiones, que a nadie importa un carajo, pero que justificarán creando alarma social para cobrar abultadamente cada vez que acudan a una sesuda sesión de trabajo intenso.Son los mismos arrogantes que dejan en pañales a los centros de atención especial y en la intemperie a pobres toxicómanos, porque “no hay dinero”, mientras organizan descarados viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Los que arrasan con los sebadales porque hacen cosquillas en los pies. Los ignorantes concejales, que cobran más que un cirujano, porque ¡caramba! para eso son responsables del área de Servicio Sociales de su municipio,pero no tienen pajorera idea de lo que significan las siglas ONG; sí,en cambio,saben muy bien como se llaman sus “alcardes”.

Pensar en las musarañas ya no es cuestión de escolares, "argunos/AS", que cobran grandes sueldos públicos se encuentran con estos animalitos de bosques, muy nobles por cierto, todos los días y, claro, se quedan pensando en lo que son, "musarañas"  VEGUEROS S.M.

Los que no se encomiendan a Dios ni al diablo para desmantelar pieza a pieza el sistema de instrucción público, suprimir ciclos formativos y dejar a jóvenes en la cuneta porque no encuentran plaza en lo que les gustaría estudiar, pero a los que, estos interesados políticos, que reciben abultadas dietas por cumplir con sus obligaciones, pondrán su granito de arena para encontrarles solución en el futuro, ya que estos chicos, que serán los marginados del mañana,serán los clientes de la autonómica policía y vivirán entretenidos por la homónima radio y televisión canaria, que para eso pagamos todos. Son los mismos caraduras que pretenden que otros arreglen los desaguisados que ellos con su negligencia o incapacidad destruyeron. Los mismos que no se sonrojan para decirnos que recortan los dineros destinadas a la educación de nuestros chicos y a la sanidad de nuestra gente, que están a la cola del Estado, pero se gastan los cuartos en publicidad engañosa para que sigamos metidos en el pelotón de los torpes.


Son estos políticos de tan ajustada sensibilidad  los que hacen que el resto de los mortales miremos con el mismo rasero y metamos en el mismo saco a otros gobernantes y buenos políticos por trabajadores y honestos que sean ¡Una pena!.
VEGUEROS S.M. Siempre unidos con la libertad de expresión.-

NAVIDADES CON SABOR A CALDO DE POLLO.-

El aire huele de forma diferente. Hay ambiente de fiesta en las calles. Árboles iluminados, belenes en los escaparates, sonrisas, juguetes...Las calles lucen más que nunca, se come, se gasta…
Es tiempo de pensar en ese detalle que tanto deseamos, en aquel ambicioso objeto que nos mira desde hace meses desde el escaparate, hoy más esplendoroso; en las comidas y cenas de empresa, por aquello de confraternizar. Es el momento de permitirnos todo tipo de extras, porque para eso, caramba, se acerca la Navidad.
Y se sale a la calle cuajada de bombillas para comprar las velas y el acebo de la mesa, que este año vienen a cenar tus hermanos y no podemos quedar peor que ellos, ¡menuda mesa pusieron; las Navidades pasadas, los muy pretenciosos!; para comprar el aguinaldo del portero, que más vale tenerlo contento y, desde luego, no ser menos  que los del ático, con su aire de nuevos ricos; para comprar…
Cada vez resulta más difícil celebrar un acontecimiento sin estrenar pantalón, querer sin ofrecer joya de oro, ser pedagógico sin regalar un ordenador, cenar en paz sin una trucha que armonice la cena o reírse sin burbujas.
Ya no sabe uno si las fiestas son en honor del santo patrón, si son ritos ancestrales cíclicos o si son ferias que organizan los comerciantes.
El tiempo no se divide en días de trabajo y días de descanso, sino en días de trabajo y días de consumo. Con sumo gusto. El concepto de placer está cambiando. Ahora es un valor de bolsa. De bolsa llena. De acciones y emociones, que se compran y se venden.
Celebramos el nacimiento de un niño que nació, dicen, hace dos mil nueve años. ¡Cuánto tiempo! Tanto que casi no sabemos lo que celebramos.Quizás por eso no sabemos bien como celebrarlo.
Pero no importa, porque hay que ver  como nos invita la televisión, como se pone el mercado, como nos tientan los grandes almacenes, como nos desafían los vecinos, los amigos.
Todo, estos días, nos recuerda que es Navidad, todo nos invita, nos empuja a celebrar estas fiestas.
Ya lo dicen los enterados que las celebraciones y los excesos van íntimamente unidos. Y no estaría mal, ya que el cuerpo, y aún el alma, agradecen la parranda. No estaría mal si el abuso no se redujese al consumo.
La felicitación navideña vale de poco si no viene respaldada por algo más sólido. El mensaje de paz que antes se daba desde los púlpitos se da ahora desde los escaparates con sabor a caldo de pollo, cava, jamón serrano, electrodomésticos a go gó, o juguetes tutifruti.
Los mayores ya sabemos que los deseos de felicidad son solamente frases bonitas que el clima que se respira en estos días nos hace pronunciar  con sinceridad y entusiasmo muchas veces y , como mera formula, casi siempre y que no dejan de  ser unas palabras tradicionales por el fin de año.
Han pasado más de dos mil nueve años desde el nacimiento de Jesús. Desde entonces han surgido y caído muchos imperios. Millones de hombres, mujeres y niños han muerto a manos de otros hombres. La especie humana es capaz de destruir a sus enemigos y de destruirse a sí misma. Ya no hay límites para sus ambiciones. 
A pesar de ello es Navidad y resulta hermoso que, aunque sólo sea en estas fechas, nos deseemos lo mejor. Así que: ¡Felicidades! 
VEGUEROS S.M. Quiere desear a Luis Pérez Aguado  una Feliz Navidad y un próspero y venturoso año 2.010 para que pueda seguir escribiendo esos formidables libros y artículos de opinión que deleitan a los amantes de lo bien hecho, de lo bien escrito, de la libertad de expresión y pensamiento. FELICIDADES DE CORAZÓN.-

¡¡ Y NO LES CRECE LA NARIZ !! .-

  ¡Y no les crece la nariz! 
     Oí  a la consejera del ramo defender en el Parlamento Canario que se estaban cubriendo todas las bajas del profesorado. Esto sucedía cuando un compañero de mi  centro escolar llevaba más de  catorce días con gripe A,  siguiendo el protocolo establecido, alejado de sus alumnos y del centro escolar. 
La conciencia de algunos políticos debería poder lavarse con lejía, y si no fuera posible, entonces,  habrá que ponerle algún tipo de aditivo a su rostro para que la nariz fuera el termómetro de su conciencia... igual que pinocho, más mentiras, más nariz. VEGUEROS S.M. por una educación de calidad.
    La consejera de Educación ponía énfasis en demostrar que aquellas “falacias” estaban motivadas por malas prácticas y manías políticas de quienes pretendían desacreditar su gestión educativa. Se podría alegar, entonces, que el caso de mi centro era un tema excepcional. Pero, no. Otros compañeros -en el mío y otros centros-  fueron enfermando y tampoco, entonces, se cubrieron las bajas médicas. ¿Qué pensarían las familias  que vieron cómo la consejera afirmaba tal cosa y comprobaban cómo un día sí y otro también  sus hijos  seguían sin tener  al   profesor sustituto? Probablemente, lo mismo que yo. ¡Y no les crece la nariz, tú! 
     Ahora se les comunica a los Centros Escolares que no se cubrirán las bajas médicas inferiores a “un mes”. Pero la consejera del ramo sigue afirmando  “que garantiza el mantenimiento de la calidad de la enseñanza canaria” ¡Ya me dirá cómo! 
     ¡Qué tiempos aquellos cuando las bajas, del tipo que fueran, no tardaban más de tres días en cubrirse!  De acuerdo que eran los tiempos de María Castaña. Pero ahora nuestros irresponsables  políticos –los de hoy-  están empeñados en meter a la Enseñanza en un callejón sin salida. 
     Por mucho que se pretenda solventar con el voluntarismo innegable del profesorado de los Departamentos Educativos, a los que se les sobrecarga de trabajo, lo cierto es que  los alumnos estarán simplemente “vigilados”, sin clase, y sin profesor que los atienda debidamente, por mucho que se empeñe la Consejería en demostrar lo contrario, incluso con publicidad engañosa. 
     La crisis fue una buena excusa para que, un tiempo antes de declararse oficial, ¡qué casualidad! se subieran los diputados canarios el 10 % de su sueldo. De acuerdo que el capítulo de gastos de Personal es muy elevado, pero  “por razones de su cargo” los restaurantes de tres tenedores siguen alimentando “generosamente” a nuestros superiores educativos y los hoteles de más de tres estrellas  alojándoles en su interior. Las dietas siguen siendo las mismas de espléndidas que antes de la crisis, y la consejera del ramo sigue ganando tanto como un ministro del Estado. No hablemos del privilegio de cobrar la máxima pensión pública tras mantenerse unos cuantos años en su categoría de consejero frente a los treinta y cinco de trabajo que necesita un ciudadano normal y corriente. 
      Los economistas más prestigiosos insisten en que en tiempos de crisis hay que invertir más y mejorar la formación del pueblo. Pero en nuestra Consejería de Educación no debe de haber economistas, sólo coordinadores con prestigiosos masters que nunca han pisado un aula, pero  que son muy sabios y saben que para ahorrar dinero no se deben cubrir las bajas inferiores a un mes; que los pobrecitos interinos y sustitutos (que siempre andan con la casa a cuestas, pagando alquileres, traslados…) no deben cobrar los meses de verano o se les debe poner en paro para que nuestros hijos tampoco tengan derecho a profesor que los atienda debidamente durante un mes si el suyo tiene la desgracia de caer enfermo. 
      También saben que se ahorrará dinero cerrando ciclos formativos, a pesar de dejar en la cuneta  a muchos jóvenes que ahora están más perdidos que un pato en la Luna. O eliminando plazas en los Equipos de Orientación, Psicopedagogos o profesores de Pedagogía Terapéutica, para lo que fue necesario cambiar la normativa que redujera la atención a menos niñas y niños con necesidades educativas  especiales. Así entienden “ellos” el principio de igualdad para todos los alumnos. Ahora –según esta norma, que vendieron “alegando” que tendrían mayor cabida a los alumnos con NEAE ¡Cínicos ellos y cínicos su…!- sólo se presta atención a los que tienen una discapacidad grave, con lo que los niños que se atienden este curso han pasado a ser menos de la mitad del curso anterior. ¡Cada día que pasa me gusta más esta Consejería! 
      La política de reducción sistemática de la inversión de la Administración Educativa Canaria  está dejando en pañales a la escuela. Eso, por muchos millones de euros que se gasten en publicidad para poder seguir tomando el pelo a la Sociedad y hacernos creer lo contrario.
VEGUEROS S.M. Por un nivel educativo del siglo XXI

SEGUIR UNA ESTRELLA.-

No cabe duda de que aquellos tres viejetes de Arabia, no eran tan viejetes. Yo supongo que tenían unos cuantos años. Pero espíritu joven, vaya si lo tenían. Menuda excursión en la que se metieron y sólo porque habían visto  una estrella rara en el cielo oriental…
... Y he aqui que la estrella que habìan visto en el Oriente, iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar dónde estaba el niño. (San Mateo 2:9)
      Audaces, decididos, con una idea delante cristalizada en un tenue resplandor plateado. Y eso es todo, junto, claro está, con una voz interior que les debió decir algo, solamente algo. El resto… su decisión, una meta, una búsqueda desconocida… Y un preguntar a tiempo poniéndose en manos orientadoras…
      Esto es, seguir una estrella, con todos los riesgos que ello implica. Y la tenemos que seguir cuando la vista está aún clara, la salud permite la caminata y el corazón late con entusiasmo, con ganas de amar a un Niñito aún desconocido… a una Humanidad llena de lacras, heridas y en vías de recuperación. Es decir, cuando todavía podemos. Seguir nuestra estrella, cada uno la suya, para formar un cielo nuevo... una tierra nueva, un mundo mejor.
VEGUEROS S.M.

AYER FUI AL CENTRO DE SALUD.-

Ayer fui al Centro de Salud. Desastre padre. La doctora estaba enferma. Sus pacientes eran atendidos por otra pediatra que, además de los suyos, atendía a los infantes que llegaban por Urgencias, eso sí, con todo el cariño que las circunstancias, que eran más bien escasas, le permitían. Overbooking, llantos, virus, nervios contenidos de la doctora en cuestión, mosqueos, tres gritos de una madre angustiada, cabreos de varios padres y despiste morrocotudo de un abuelo, al que nadie consiguió ni pretendió ponerle solución y mucho menos sacarlo de su error. Desalentador.
Días más tarde, la doctora continuaba enferma. Seguía sin sustituta y la consulta, aunque con otros protagonistas, parecía un calco de aquel día.
No descubro la pólvora si afirmo que nuestro servicio sanitario no es nada boyante. Si no que se lo pregunten a esos más de dos mil pacientes de Lanzarote y Fuerteventura (datos de junio) que tienen que esperan más de seis meses para ser operados o atendidos de sus dolencias en las especialidades médicas que tienen que ver con sus enfermedades. Y a nuestros responsables sanitarios y políticos se les llena la boca cuando dicen que hemos progresado.
A esto le llaman progreso, a esperar meses a que el médico te mire el ombligo. Barreras que encuentra el ciudadano para que acuda, si sus bolsillos se lo permiten, al médico privado. Buena excusa, a la que se le añadirá cualquier otro motivo que contribuya a empeorar la imagen de la atención pública, para, soterradamente, seguir privatizándola.
Los presupuestos destinados a las concertaciones, año tras año, van en aumento, mientras la mayor parte del antiguo Hospital Militar, varias plantas del Juan Negrín, en Gran Canaria o el edificio de consultas del Hospital Universitario de Canarias, en Tenerife, permanecen cerradas porque no hay voluntad para activarlas. Equipos de un alto costo adquiridos para la sanidad pública es la privada quien dispone de ellos. Muchos de nuestros jóvenes médicos, cuando terminan su formación, cogen las de Villadiego y buscan su futuro fuera de aquí, porque el trato y estímulo económico no es nada halagüeño. 73 millones de euros, que se dice pronto, serán recortados de los presupuestos en Sanidad, mientras el sector primario cada vez es más residual.
Resulta paradójico, según revela el informe anual de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que sean Madrid y Valencia, las comunidades más ricas, las que, junto con Canarias, tengan los servicios sanitarios más deficientes de toda España. Y resulta enigmático, cuanto más que todas ellas han apostado por la sanidad privada. A la larga habrá gasto excesivo, ahorro de personal y vaya usted a saber cuántas cosas más. Luego vendrán los errores humanos y “terroríficos” como admitió en su momento el director gerente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, tras la muerte del niño recién nacido de Dalilah, la primera victima mortal de la gripe A, porque una enfermera de la sobrecargada y precaria plantilla del Hospital le inyectó en vena leche para prematuros. Aquel error humano la pagará la inexperta enfermera, pero, como es de esperar, no se tendrá en cuenta a los otros humanos (?) los que recortaron la sanidad madrileña hasta permitir que, en una Unidad de Cuidados Intensivos, la mitad del personal sea eventual y una enfermera, como la que erró, se pueda quedar sin supervisión en su primer día en la UCI.
Tampoco hace falta ir muy lejos. Años atrás esto mismo sucedía en el Hospital Nuestra Señora de Candelaria, en Tenerife, cuando un enfermero que ese mismo día era trasladado del Servicio de Incidencias del hospital al Servicio de Cuidados Intermedios de Neonatología cometió el gravísimo error de inyectar veinte milímetros de leche por la vía intravenosa y no a través de la sonda nasogástrica. Desgraciadamente el niño murió.
Y no escarmentamos. Nada menos que 73 millones de euros serán recortados a Sanidad. 
Así estamos.
VEGUEROS S.M. Por una sanidad de calidad, por un servicio digno, del siglo XXI.-

EL PLAN LECTOR EN LOS CENTROS EDUCATIVOS.-

Hace tiempo que colaborábamos con el Ministerio de Cultura en los planes de fomento de la lectura. Ya sabíamos, entonces, que no era bueno “examinar” al niño sobre el libro leído si queríamos obtener niños lectores. Tomarle el tiempo, el ritmo, la velocidad, la pronunciación; confeccionar una ficha, hacer un resumen… Eso, probablemente, pueda estar bien  para una clase de Lengua, pero no para conseguir que el niño sienta placer por lo que lee, por la sencilla razón de que no se convierte en una actividad deseada, sino forzada.
        Son muchos los niños  que dejan de leer al abandonar  sus estudios. Mientras fueron estudiantes, concibieron la lectura como  un ejercicio obligatorio, a menudo desagradable, y no como una libre actividad que les proporcionaba placer. Se les enseñó la mecánica de la lectura, pero no se le enseñó su verdadera finalidad: poder adentrarse en el inagotable mundo de los libros durante toda su vida. Así que dejaron de leer.

      Esto viene a cuento por los actuales planes de lectura que se lleva a cabo  en los centros escolares. Una buena oportunidad, sin duda, para cambiar el sistema y  buscar recursos para que la actividad lectora quede diferenciada de aquella que destila obligación y deber fatigoso. Cosa que, por desgracia, como estamos viendo, no siempre  sucede. Seguimos cayendo en los mismos errores y seguimos con las pautas anteriores. No tenemos en cuenta que para promocionar la lectura se debe despertar la sensibilidad, la capacidad de sentir emociones y despertar deseos. Tampoco que hay niños que evolucionan rápidamente y otros con lentitud. La edad  mental no siempre coincide con la biológica.
Seguimos a pie juntillas los planes de estudio y la imposición de cumplir el programa marcado. Esto  hace que, en ocasiones, el papel del profesor para motivar a sus alumnos hacia la lectura y el programa de estudio-trabajo que tienen los alumnos posibles lectores sea confuso y, a veces, contradictorio. Se mezcla la obligación del trabajo, del aprendizaje, con el placer de leer, y el resultado será el de la obligación. La lectura deja de ser libre y lúdica al  pasar a la obligación de hacer  una reseña o  al deber de elaborar una ficha. El alumno tiene la sensación que será examinado con lo que se crea sentimientos y actitudes de rechazo, cuando, por el contrario, si se tiene la tranquilidad de no ser explorado  la lectura será gustada y saboreada, con lo que se ganarán  aficionados a la lectura. 
Una forma  de aprender que no resulta una experiencia apasionante ni para el alumno ni para el profesor, sino una obligación impuesta; cuanto más que el plan de lectura lo asume todo el profesorado y no todo el mundo siente la misma pasión por la lectura; principalmente cuando tiene que hacerse un registro de los avances del alumno, con lo que, probablemente, se  limite a cubrir el expediente educativo.
 El hábito de lectura es un aprendizaje de aproximación al libro, aprendizaje que no solamente consiste en aprender a leer, sino también a amar y disfrutar de la lectura. 
VEGUEROS S..M. Leer agiliza la mente, alimenta las ideas y enriquece a las personas y  nos hace más libres.-