LUIS PÉREZ AGUADO

LUIS PÉREZ AGUADO
Escritor, Profesor e Historiador

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lunes, 21 de mayo de 2012

VER PARA NO CREER (II) .-


Luis Pérez Aguado
Profesor, Escritor e Historiador
Ver para no creer (II)
             Ver y no creer (porque no se entiende) el fracaso de Bankia con tanta mente privilegiada dentro de los consejos de administración. ¿No decía el ministro de Economía, y otros,  que el sistema financiero español había pasado con nota los test y las pruebas europeas de esfuerzo? ¿A quién o qué protegía? Allí estaban Arturo Fernández, vicepresidente de CEOE, (ese que tanto maldice a los funcionarios y a los que quiere que expulsen  sin que puedan rechistar y sin indemnizaciones), Eneida Alvarez, exdiputada del PSOE, Morán Santín de IU, Ricardo Martinez, de UGT. Interminable y curiosa  resulta la lista de ¿trabajadores? miembros del PP, procedentes, principalmente de Caja Madrid que reciben sueldos millonarios.
             Me pregunto si habrá algún administrativo o conserje que no pertenezca al partido de la presidenta de la comunidad madrileña, porque es imposible que se pueda meter un alfiler  más en esa compañía. Allí figuran, un primo de Esperanza Aguirre,  varios ex consejeros,  ex secretarios y ex asesora  de su gobierno, las esposas del consejero de Asuntos Sociales y la del ex secretario del PP de Madrid, del ex cuñado de Rodrigo Rato, la ex jefe del gabinete del mismo Rato cuando fue ministro, la ex cuñada del ex secretario de Empleo  del gobierno de Aznar, la cuñada del vicepresidente del gobierno de Madrid, la ex teniente de alcalde del gobierno de Madrid, el ex alcalde de Majadahonda, el ex secretario de Estado de  Hacienda, el ex secretario del Estado de Comercio y Turismo, el ex ministro de interior Ángel Acebes, la hija del ex ministro Zaplana, que por cierto, aún conserva sus escoltas después de que hace varios años que dejó su ministerio, mientras que se los han retirado  a un juez que ha metido a muchos delincuentes en la cárcel, figurando, además, este ex ministro  asesor de Telefónica con un sueldo de 600.000 euros anuales y la obligación de asistir dos veces al año a las juntas…En fin, para qué seguir.
             Ya sabemos que están ahí, no por ser expertos economistas ni magníficos emprendedores, sino  porque el carnet de partido le da derecho a ser de los escogidos.       
          Estas, y no otras, son las sagradas  razones que llevan a muchos a entrar en el sacrosanto arte de la política. No es nada extraño, con estas perspectivas de futuro, que en España haya más políticos que médicos, policías y bomberos y que sea el país de Europa que triplica en políticos al que más tiene (Italia) en su territorio.
          El problema de estos expertos vividores es que, una vez dentro, siguen trabajando por “su” bien común y “su” interés general,  buscando puestos inexistentes e inútiles, hechos a la medida para nuevos protegidos del círculo de  familiares y amigos.
      Una vez asegurado el futuro de los suyos,  con sueldos millonarios que no merecen, y en puestos estratégicos y de mando  se puede privatizar escuelas y hospitales -que también van a manos de los íntimos- donde  puedan estar separados del resto del populacho para evitar el contagio de funestos pensamientos sociales e ideales caducos sobre derechos humanos. Se les pagarán, con dinero público, estaría bueno, clases individuales con profesor, como ha hecho el ministro de Economía destinando 685.000 euros para que los altos cargos -que pueden pagárselas- reciban clases de inglés, francés y alemán en sus propios despachos, mientras se le hurta, sin ningún tipo de sonrojo, el dinero destinado a Educación y a becas para jóvenes  que lo tienen crudo para seguir sus estudios ¡muy bonito, si señor!
            Todo es cuestión de estrategia.
            Hay que demostrar que lo público no funciona. Esta es la consigna para poder privatizar. Antes de los recortes, la lista de espera para una resonancia magnética en el Hospital de Guadalajara, por poner un ejemplo, era de 28 días. Ahora es de 250.  Como a los pacientes no les apetece morir tienen que acudir a clínicas privadas para resolver sus males. Así se demuestra que el Hospital no funciona y se privatizan servicios y hospitales. ¿Quién se beneficia en esta ocasión? Pues Capio Sanidad.
            En Castilla La Mancha, con igual método,  cuatro hospitales han pasado a manos del sector privado. Casualmente a Capio Sanidad. Buena parte de la sanidad madrileña,  y  otras siete comunidades autónomas están  ya en manos del Grupo Capio.
            Pero ¿qué es  Capio? Pues una empresa privada relacionada con el negocio inmobiliario. En 2007,  fue objeto de una OPA por parte de la multinacional Apart Partners SA (APSA), una entidad financiera de capital riesgo con base en el Reino Unido que opera en Hong Kong y otros países.
            Si miramos quienes son los máximos accionistas y vocales  nos encontramos con personas como la hermana del consejero de Sanidad de Castilla La Mancha, que es vicedirectora de investigación de Capio, del marido de la presidenta de la misma comunidad o  de Rodrigo Rato, ex ministro de Economía, quién -igual que hizo Botín del Banco de Santander- negó la existencia de la burbuja inmobiliaria, que siendo  presidente  del Fondo Monetario Internacional,  no vio venir la crisis, y que ahora deja la presidencia de Bankia llevándose un buen pico y a quién, curiosamente, no se le aplicará la nueva reforma laboral.
             Esta es la coherencia de la que nos hablan nuestros dirigentes políticos.
            Ver… para no creer. 
VEGUEROS S.M. De oca a oca y al pueblo nunca le toca.-

miércoles, 16 de mayo de 2012

VER PARA NO CREER (I)


Luis Pérez Aguado
Profesor, Escritor e Historiador

Ver para no creer ( I )

            Son muchas las ocasiones que le hemos oído decir “que cumplía su palabra y sus compromisos por encima de todo”. Qué pronto olvida el gallo cuando fue pollo. Qué poco tarda  el hombre de palabra en faltar a la misma  e incumplir sus promesas cuando ha conseguido su objetivo.   
            Si la palabra dada todavía significaba algo, si todavía era una cuestión de honor cumplir lo prometido, ahora la nueva casta de políticos la ha dejado a la altura del betún. Y con ella, incumpliendo su palabra, ha terminado de rematar el  noble sentido que de la política quedaba y la confianza que los ciudadanos tenían en los que se dedican a ella.
            Vivimos tiempos confusos y faltos de valores. No descubrimos nada nuevo. Pero todavía quedaban resquicios y personas (aún quedan, aunque menos) a las que admirar y en las que confiábamos, que podrían servir de ejemplo a las nuevas generaciones. Por desgracia, los jóvenes van descubriendo como, en este mundo, son los tramposos y mentirosos los que triunfan y que es más importante  el valor de un voto que cumplir lo prometido o ser honestos.
              Respetar la palabra dada es de antiguos y forma parte de esa ilusión que se ha convertido en una utopía. Ya no es garantía de nada  y, si en política, la palabra no vale como avalista, la política se va al traste. Sólo tendrá sentido para los tramposos y vividores que vegetan de ella y con la que tratarán de estafar a incautos ciudadanos que todavía creen en la virtud de la palabra comprometida.
            Lo prometido, para los antiguos como yo, sigue siendo deuda. Antes iba a misa (lo prometido), y, consecuentemente, las promesas no se cambian por muy cambiantes que sean las circunstancias. Aún así habrá quien justifique todas y cada una de las actuaciones de sus idolatrados dirigentes, aunque ellas sean mezquinas y conduzcan a la miseria a toda la humanidad, y es que, la simpleza de los votantes políticos dice que si eres de uno obligatoriamente tienes que odiar al otro o lo otro. Hasta tal grado de mediocridad hemos llegado que nos hemos acostumbrado a aceptar la mentira y el incumplimiento de los políticos como el estado natural de las cosas, cuando, en realidad, hemos sido estafados.
            El problema más grave estriba en que si ya no podemos confiar en  los que nos dirigen porque faltan a su palabra y cambian el sentido de sus promesas cuando les conviene, de quién o de qué nos vamos a agarrar cuando estemos en la cuneta. Se entiende que el gobernante está para sacarnos de apuros y no para mandarnos a la indigencia ni hundirnos en la desgracia.
            Ya no les tenemos respeto. No confiamos en ellos porque ya no son un ejemplo. Han puesto demasiada distancia entre su privilegiada vida política y la cruda realidad social. Sólo hay que abrir los ojos para ver y…no creer.
VEGUEROS S.M. El respeto, la pluralidad, la lealtad, el compañerismo, la palabra dada, la confianza mutua, son objetos a los que la persona nunca debe faltar y jamás debe empeñar pues son pilares esenciales para la buena convivencia.