LUIS PÉREZ AGUADO

LUIS PÉREZ AGUADO
Escritor, Profesor e Historiador

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lunes, 17 de mayo de 2010

JUSTIFICANDO PREBENDAS


Por Luis Pérez Aguado
Profesor, Historiador y Escritor.-
       Los parlamentarios canarios divulgan a bombo y platillo que se bajarán un quince por ciento los sueldos. Una diputada, socia del gobierno de Canarias, populariza que es “oportuna” esta bajada. No comenta  que más oportuna fue la subida del diez por ciento al comienzo de la legislatura cuando ya se vislumbraba la inmediatez de la crisis. Teniendo esto presente, en realidad, será un cinco por ciento lo que se bajarán los sufridos diputados. Pero ¿qué le supone esta cuantía a un alto ejecutivo del gobierno al que se le paga, además de su sueldo -el salario actual de los diputados regionales es de 6.767,25 euros mensuales- elevadas dietas por asistir a plenos -que forma parte de sus obligaciones- a comisiones y otras reuniones,  gastos de desplazamientos -aunque disfruten de coche oficial y chófer- comidas de trabajo y un largo etcétera de numerosos complementos en función de sus cargos?  Los demás hijos de vecino,  para cumplir con sus obligaciones e ir al currito, tienen  que pagar  de sus  bolsillos la gasolina para sus desplazamientos, sus desayunos, y se tendrán que buscar la vida cuando tengan que gestionar cosas fuera.
     No es que, personalmente, me importe mucho o poco lo que cobren estos políticos, siempre y cuando estén  en correspondencia con sus responsabilidades, pero no me gusta que me la den con queso, intentando quedar como  salvadores de la patria,  mientras tratan de conservar sus prebendas.
     Aunque, a decir verdad, - hablando de responsabilidades- creo que muchos de estos parlamentarios se la debieron dejar en casa – a la responsabilidad, me refiero- porque ya me dirán qué tiene de responsable el que a toda costa quieran  aprobar el catálogo de especies protegidos como no sea para que desaparezcan nuestras castigadas especies y poner otro grano de arena y unos bloque de cemento  más en el deteriorado paisaje canario. Tampoco, parece, que le importe a muchos ciudadanos  de a pie la degradación de nuestro suelo patrio. Total, mientras los mantengan en la inopia o los gobernantes sean de su ideología política qué importancia tiene lo que puedan hacer. Un pueblo que ignora desperdicia sus recursos y vive de ilusiones. Pueden hundir la Tierra, si quieren. Lo lamentarán nuestros hijos.
     Estamos en un buen momento para descalificar al contrario e ir haciendo propaganda electoral. Dice el presidente autonómico que Canarias no va a sacrificar los servicios esenciales. Imagino que se refiere a la televisión autonómica, que le es esencial para  resaltar su imagen y la del gobierno que dirige, porque en lo que se refiere a educación, no se puede sacrificar lo que ya han sacrificado, pues hace tiempo que la vienen degradando con los continuos recortes, quién sabe si porque es más esencial que el dinero pase a esa tele, a la propia policía autonómica o a ese saco sin fondo que es  Septenio, del que no se sabe muy bien en que se emplea el dinero.
     Se pasan la vida escurriendo el bulto y echándole la culpa al gobierno central. ¿Acaso el empleo, la sanidad o la educación dependen del Estado? Hasta hoy mismo estas competencias las tiene asumidas la comunidad canaria, por lo tanto, el Estado tiene poco que ver en las desesperantes listas de espera  y en las bajas laborales que no se cubren, ni en los dependientes, que se mueren sin haber recibido la prestación  que el gobierno central sí envió, pero el entramado autonómico y su cortina hacen que cada vez resulte  más difícil saber qué dinero se recibe del Estado  y cómo se  maneja. La propaganda manipuladora de los dirigentes decide que es lo que debe y lo que no debe saberse. 
     Ahora sabemos que las comunidades autonómicas han despilfarrado más del la mitad del PIB. Tengo curiosidad por saber si en nuestra comunidad se seguirá mirando hacia otro lado, negando la evidencia de cómo se malgasta alegremente nuestro  dinero. ¿Se apretarán el cinturón los ejecutivos de las sociedades mercantiles que forma el entramado de  las empresas públicas, unas diecisiete, cuya administración paralela gestiona el dinero público sorteando los trámites administrativos  a los que está sujeta la Administración Pública?  Sus gerentes cobran sueldos que van desde 129.974 euros, el que más, a 67.077, el que menos, y tienen cincuenta y ocho ejecutivos que cobran 71.468 cada uno. El propio ejecutivo tiene más de 150 altos cargos, a los que les asisten unos 98 asesores, lo que incrementa el gasto de estos asesores en 3.500.000 euros.
     Los que tienen el sartén por el mango son los que deciden lo que es y no es relevante. Los demás nos toca estar a la espera de los acontecimientos. Sentaditos como buenos chicos, haciendo tiempo a que decidan nuestro futuro, mientras nos siguen tomando por tontos inflando previsiones y justificando sus prebendas.
VEGUEROS S.M. Apretarse el cinturón ... ¿quien debe dar ejemplo? ... los que ahora ven peligrar sus suculentos ingresos ... ¿quien paga? ... los que ya no tienen nada, los de siempre, el pueblo.

lunes, 10 de mayo de 2010

DESPOJO A NUESTRA DE IDENTIDAD.-

Por Luis Pérez Aguado
Escritor, Profesor e Historiador.-







Allá  por las proximidades del siglo II antes de Cristo, un rey bereber, que extendía su poderío entre la ardiente Libia y el nevado Atlas, Juba el Grande, rodeado de una distinguida corte de sabios apasionados por los conocimientos cosmográficos, organizó una expedición que se dirigió más allá del ocaso del sol, en pleno Océano Atlántico y  comprobó la existencia de las islas Afortunadas, llamando a una de ellas Canaria, en razón de ciertos perros  (del latín  “can” ) que allí sus expedicionarios encontraron.  
     Pudiera ser que los perros a los que los expedicionarios extrañó tanto no fueran tales perros, sino las focas monje que poblaron las costas del Archipiélago Canario hasta el siglo XV y cuyo último reducto de estos lobos marinos fue el islote de Lobos, al que dio nombre. Sólo pudiera ser, porque Plinio el Viejo, que aprendió  de las memorias que escribió Juba sobre las Afortunadas, recogió que “a la Canaria la llamaron así por la multitud de perros de extrema grandeza” 
     Y, también, pudiera ser, que,   mucho más tarde, una de las islas hubiera sido poblada por miembros de la tribu “canarii”, deportados de la provincia romana de Mauretania en tiempos del emperador romano Claudio.  
     Fuere lo que fuere, lo cierto es que, al andar del tiempo, la raíz latina del vocablo se generalizó para dar nombre a todo el Archipiélago y el prehistórico reino de los canes se convirtió en un conjunto estratégico de islas para la civilización occidental de siglos posteriores.  
     También de Juba II recogió las noticias de las islas Afortunadas   el sabio y cosmógrafo Claudio Ptolomeo, quien trazó el primer meridiano rozando las Islas Canarias, considerando que señalaba  el límite occidental de la Tierra y escribió sus famosísimos tratados para la representación geográfica de la Tierra. 
     Que los perros existieron en Canarias desde muy antiguo no hay ninguna duda. De su existencia en la época aborigen ya dan testimonios los documentos etnográficos y  los propios yacimientos arqueológicos. En el año 1722 el historiador, nacido en Tenerife, José de Viera y Clavijo, nos documenta sobre un escudo en el que había a cada lado un perro y así,  con el paso del tiempo, los perros se fueron convirtiendo  en los símbolos de la identidad de todo un pueblo. 
     Pero llegamos, por desgracia, a los tiempos actuales en que la arbitraria torpeza de algunos de nuestros políticos y la nebulosa permanente que padecen sobre nuestra historia, no les deja ver  que nuestra cohesión y nuestra armonía como sociedad están unidos a un sentimiento de vinculación con la propia historia y con el legado que el devenir de nuestro pueblo nos ha brindado. 
      Estos iluminados de la política actual han conseguido que los perros, que son el símbolo del Archipiélago Canario, ya que forman parte de la misma raíz de nuestra identidad como pueblo, desaparezcan  del escudo de Canarias, del que llevan incorporados desde hace tres siglos. 
      Así  lo estipula un decreto del Gobierno  Canario por el que se aprobó un diseño  sin los perros ni el lema Océano, para el Gobierno de Canarias, la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias y de los organismos, entidades y empresas de ellas dependientes…..y se obliga, igualmente, a entidades o sujetos privados, derivados de financiación con cargo a fondos autonómicos, aún cuando su titularidad no corresponda a la Administración Pública de la Comunidad Autónoma.  
     Así  de claro. Los elementos  que  formaron parte de la vida de muchas generaciones y encierran la dignidad que le depara un natural respeto al secular pasado, desaparecerán  por la desidia o ignorancia  de los que tienen la obligación de conservar y mantener vivo nuestro pasado, ya que el decreto obliga su uso a todos los departamentos del Gobierno, así como a los proveedores de soportes gráficos, publicistas, impresores, creadores audiovisuales, etc. 
     Ya nos estamos acostumbrando a no verlos en los documentos oficiales. Y en eso consistía el truco del almendruco. Ahora ya es más fácil hacerlos desaparecer definitivamente sin que nos duela demasiado. 
     Lo cierto, es que seguimos insensibles ante la desaparición de nuestra historia representada en el legado que nos han dejado nuestros  antepasados; en esta ocasión, son los símbolos  que, para  algunos, será un irrelevante o simple detalle, pero que para otros forma parte de la misma raíz de nuestra identidad. 
     Y si hasta ahora los perros no han desaparecido de  la bandera oficial de Canarias es porque para ello habría que modificar el Estatuto de Autonomía.  Aunque todo se andará… Tiempo al tiempo.  Seguro que en algún oscuro despacho iluminado tan sólo por las débiles luces del rencor, la ineficacia y el sectarismo, se están maquinando agravios y cursando órdenes de acelerar el proceso de acoso y derribo.
     Por desgracia, esto es lo que por aquí se percibe. Por desgracia, esto es lo que los políticos transmiten a nuestros jóvenes, a los que, desde el poder, se enseña primero el precio del voto antes que el valor de la honradez. Por desgracia,… no da la impresión de que se esté trabajando por una sociedad más justa, por unas islas más unidas, ni tan siquiera, por conservar lo que aun nos queda. 
   Esta es nuestra frustración. No vemos consolidar una autentica autonomía. Se actúa aisladamente sin conciencia de pueblo. Los políticos marcan su frontera  y establecen sus barreras políticas y sus luchas contra los que tienen enfrente. Y mientras esto siga así, mientras no desaparezcan las tribus, mientras sigamos poniendo el pie para que el otro caiga de bruces sobre el duro asfalto, mientras sigamos sin levantar la voz y permitamos impasibles, los irreversibles procesos de destrucción contra los “otros”, nunca, por mucho que nos pese, saldremos del oscuro pozo de la ignorancia y la opresión.
VEGUEROS S.M. Nuestra identidad, nuestros legados, son tesoros que no admiten moneda de cambio.-