LUIS PÉREZ AGUADO

LUIS PÉREZ AGUADO
Escritor, Profesor e Historiador

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jueves, 26 de abril de 2012

CON LA EXCUSA DEL DERECHO INTERNACIONAL.-

Por: Luis Pérez Aguado
Escritor, Profesor e Historiador


Con la excusa del Derecho Internacional


            Parece que les va la vida en ello. La desaforada defensa que nuestras máximas autoridades hacen por demostrar la españolidad de Repsol es conmovedora,  por no decir que  raya en lo patético. No es para menos esta turbadora defensa. Sólo hay que ver los registros de personal de la empresa petrolífera  y  sus nóminas para ver reflejados  en ellos  los nombres de  muchos antiguos dirigentes políticos, gobernantes y allegados, incluidos algunos actuales ministros. Es normal que se tengan que devolver favores y defender sus puestos de asesores con dientes y uñas. Nunca lo he entendido bien, pero creo que “la españolidad” significa eso. 
            Sobre que es una empresa española habría mucho que hablar y discutir. Repsol fue creada por el Gobierno español, pero fue  privatizada por el gobierno del presidente Aznar. Habría que preguntarse, por ejemplo, qué “tan española” es una compañía que gran parte de su capital y de sus intereses están actualmente en manos extranjeras. Una empresa que, desde que fue  privatizada, para tener la menor carga fiscal posible, pone su capital en paraísos fiscales evadiendo así impuestos y expatriando beneficios, creando filiales para escapar de la Hacienda pública española. No ha sido, precisamente, España quien se ha beneficiado de su actividad empresarial. 
             No olvidemos que los que ahora hacen una defensa a ultranza  de la españolidad de esta compañía son los que promovieron la privatización de ésta y otras empresas, que entonces si eran españolas. En aquel momento discutían a brazo partido que todo era por el interés general. Ahora esos mismos que se dejaron la saliva en los escaños y en los “oscurantistas”  -no por ellos menos luminosos- despachos están muy bien situados recibiendo hermosas nominas de asesores, gestores y otras hierbas. Se entiende que significa el “bien general” ¿verdad? 
            Pero no nos engañemos, porque eso del bien general o bien común, como prefieran llamarlo, lo practican todos aquellos que, independientemente, de la capa social y del color político a que pertenezcan, persiguen su propio interés y su beneficio privado a costa de quien sea y de lo que sea. Exactamente igual que lo que hace esta compañía, que allí donde opera deja un lastre medioambiental difícil de recuperar. 
            Mientras le fue bien no reclamó para nada su “ficticia” españolidad. Tampoco nuestras autoridades salieron al paso para darle un tirón de orejas cuando vulneraba derechos humanos ni esquilmaba pueblos enteros con tal de salirse con la suya. Las leyes, está más que visto, se hacen para los que manejan el dinero. Los gobiernos ejecutan las políticas que ellos desean, que no son precisamente la de los que pasan hambre ni tienen un trabajo para sobrevivir. Por eso hay que ir a por todas. Y ahora, con la excusa del Derecho Internacional, hay que buscar apoyos en aquellos que están en el ajo, los mismos que tienen iguales intereses económicos. Los que les ayuden a buscar artimañas para poner la justicia a su servicio. 
             Hoy por mí, mañana por ti.
VEGUEROS S.M. Hay un dicho muy popular que dice: "Para el pobre siempre es de noche" 

martes, 17 de abril de 2012

UNA SANIDAD SELECTIVA DE PAGO.-


Por Luis Pèrez Aguado
Escritor, Profesor e Historiador





Una Sanidad selectiva y de pago


El presidente del Gobierno comentó en varias ocasiones  que no está en su mente el copago en Sanidad. Eso significa que muy pronto la Sanidad española dejará de ser universal y será selectiva y de pago. Los españoles ya tenemos experiencia de lo que significa “no se tocarán los impuestos”.
         La Seguridad Social ya la pagamos  todos los españoles con nuestro impuestos y cotizaciones, por lo que es absurdo hablar de copago. No se trata de “yo pago una parte y tú pones otra”. Se trata, simplemente, de yo pago todo, y tú, con lo que yo puse, te puedes ir a las Bahamas y, si caes enfermo, ¡Dios no lo quiera! te saldrá gratis porque, para eso, regalaste mi hospital (que se hizo con dinero público, es decir, de todos)  a un amigo muy influyente. En cambio, el que no se lo pueda permitir se  tendrá que ir  para “el otro barrio” porque no tendrá derecho a la salud.
             Veamos como funciona la cosa. Antes, en los tiempos de Maricastaña, se lanzaba una onda sonda para que los ciudadanos nos fuéramos haciendo a la idea de lo que, en su momento, pretendían meternos  doblada. Hoy no hace falta. Hoy, a esta gente sin sentimientos, las mentiras no le inquietan. Hoy te dicen:”No voy a hacer esto” y ya empiezas a acongojarte (un amigo, que es mucho más irrespetuoso, pero bastante más claro que yo,  dice sin tapujos  que “te acojonan nada más abrir la boca”) porque sabes que a los pocos minutos harán lo contrario de lo que acaban de decir. O  lo harán a lo bestia, sin anestesia, ya que poco les importa la triste realidad de los ciudadanos. Para ellos, los pobladores de la España profunda, fueron un instrumento para coger poder. Ahora lo hacen ¡y punto! Estrangulan la economía hasta el punto de que al final no haya salida. Y la masa traga, pues está asustada y acobardada. Eso sí, los padres de la Patria, lo hacen por tu bien y por el bien común, aunque lo harán después de sopesar y asegurarse que no tendrán ningún riesgo para ellos y los suyos.
         Se trata de debilitar el Sistema Nacional de Salud utilizando los argumentos, estrategias y trampas que sean necesarios para conseguir ocultos intereses. Una de estas artimañas encubiertas, pero calculadas, podría ser  la pregunta con trampa que lanzó el actual ministro de Economía y Competitividad, que, dicho sea de paso,  fue el director en España del Banco Lehman Brothers que, al colapsar debido a sus prácticas especulativas, creó la crisis financiera. El buen señor, que sigue manteniendo su absoluta obediencia a los mandatos de  las agencias financieras, preguntó  a bocajarro  si “a un señor que gana 100.000 euros había que proporcionarle  todos los servicios gratuitos de la Sanidad” Lo que no le interesó aclarar al Sr. Ministro es que la Sanidad la sufraga el IRPF y que, por tanto, es  un impuesto progresivo que paga más quien más tiene. Establecer cuotas de pago, como él pretende, es debilitar la protección a las clases menos pudientes y ahondar  la diferencia entre españoles, creando  ciudadanos de primera y de segunda clase. Todo es cuestión de empezar a meter la cuña para que vaya calando el malestar entre los ciudadanos, que siempre están prestos  para el acaloramiento y señalar que  los ricos lo paguen de sus bolsillos. Es el truco de  empobrecer para luego “salvar” con las medidas que los codiciosos  impongan. Al final la Sanidad será clasista. Habrá una sanidad  pobre que, lógicamente, será sólo para pobres y otra sanidad para los que tengan  suficientes recursos económicos, cosa que en la actualidad no suele suceder, pues la calidad de nuestra  acreditada sanidad hace que los que más pueden utilicen estos servicios.
         Detrás  de los recortes salvajes, la reducción de  plantilla y el despido del 10 % de médicos de Castilla-La Mancha, que tiene cabreados a los médicos de la región, y han convocado una huelga para mayo y a los que el consejero del ramo les pide “llorar menos, arrimar el hombro y trabajar más”,  parece que se esconde un claro interés de arruinar la Sanidad pública y facilitar la entrada de la iniciativa empresarial privada. (Un tanto semejante ocurre en Madrid y Galicia con la privatización de la Sanidad)
           Se da la circunstancia que el  consejero, que tan bonita y despóticamente  trata así a sus médicos,  es hermano de la subdirectora de investigación de Capio Sanidad, la empresa a la que serán entregados ocho hospitales de la región. Pero también el actual presidente de Bankia, el exvicepresidente del gobierno de Aznar, del FMI (que negó la burbuja inmobiliaria), etc, también tiene intereses y acciones en la misma compañía e, incluso, el marido de la presidenta de la comunidad castellana-manchega, igualmente gestiona hospitales. Muchas casualidades.
         No habrá copago, no señor. Pero, ¿cómo se le llama a las diferentes formulas de abono? ¿De pagar y volver a pagar? En algunas comunidades autónomas  se han  anulado las ayudas sanitarias  a domicilio y se han cancelado  rehabilitaciones.  La clase media y la baja, que ya no tiene un duro -que decíamos en otro tiempo ya lejano-, tendrá que costearse (volver a desembolsar, es lo correcto, ya que lo está haciendo  con sus cotizaciones) las radiografías, resonancias, analíticas  o cualquier prueba que se haga, incluidas las recetas y consultas, ya que la clase alta se las trae al fresco, incluida la política, pues a ésta última le sale gratis, ya que utiliza los dineros de otros para buscar  seguros privados. Un ejemplo reciente lo tenemos en  los consejeros entrantes del Cabildo de Gran Canaria que, después de poner a caer a un burro la formula anterior de gastos sanitarios para los antiguos consejeros y personal de la entidad, hacen lo mismo con otra compañía de seguros sanitarios, supongo que  amiga. (Algunos pocos han renunciado a dicha prestación, hay que decirlo para ser justos).  Los parlamentarios disfrutan de pólizas de accidentes, de abonos de cuotas a la Seguridad Social, entre un largo etcétera pagado por el Congreso… Éstos, que administran nuestros destinos, sí podrán disponer de una decente cama hospitalaria, porque, entre otras cosas, sus sueldos no han sido recortados. Otros y sus allegados han sido muy bien colocados, para asegurarse el futuro, no sea que  esta crisis de diseño pudiera llevarles a ellos/as algún día. Así Red Eléctrica, Telefónica, Repsol o la Fundación Carolina se nutren de estos favorecidos, hermanos, maridos y familiares de actuales ministros o presidentes de comunidades como la castellana manchega. Esta misma señora, que también es secretaria general de su partido, (las incompatibilidades sólo existen para los pobres de espíritu y no para los poderosos señores/as)  quiere cobrar por los medicamentos y por las consultas, como ya lo hace Cataluña, que, por cierto, ahora lanza la idea al Estado de que se cobre diez euros diarios por cama.
         Procedimientos sanguinarios para reducir la calidad de la sanidad pública hasta tal punto que, quien quiera tener acceso a la salud, sólo le quede la opción de pagar un seguro privado. El que no disponga de dinero tendrá que recurrir a la beneficencia, si es que eso existe. Por otro lado, los gobiernos al no invertir en salud tendrán menos gastos. Entonces, ¿para qué o para quien pagamos impuestos?
         Otro ejemplo, que coloco con malsana intención, es la del Hospital General Universitario de Valencia, que  no tiene un euro, pero concede seis de las diez becas dotadas con 1.000 euros al mes durante un año, ampliable a 18 meses, a hijos de concejales populares, miembros de la Diputación valenciana y altos cargos del  hospital. También se les imparte un máster y se les ofrece la posibilidad de ser contratados en las áreas clínicas que se están creando en el hospital General y que sumará otro nuevo y mayor gasto económico. 
         El mismo día que Cristina, la hermana de la presidenta de la comunidad de Madrid es nombrada a dedo -como se designan en este país las cosas más nobles-  asesora del Ayuntamiento de la capital del Reino, un grupo de manifestantes, con cacerolada  incluida, por no estar de acuerdo con  la privatización de otro hospital madrileño será sancionado con multas que oscilarán entre 300 y 30.000 euros, preludio de las nuevas medidas que prepara el gobierno para que no puedas ir al baño si ellos, salvadores de la Patria, no te dan permiso. Una forma clara y contundente  de lo que nos espera cuando alguien se atreva a decir esta boca es mía, aunque, simplemente, sea rezongando por lo bajito por un derecho que injustamente te han quitado.
         Tampoco es para ponerse así. Mire el lado positivo y si, al final, tiene que morirse, hágalo contento. Tenga por seguro que algún  avispado habrá salido beneficiado, como los pobrecitos infelices que están desmantelando la sanidad pública para convertir la asistencia sanitaria en un  lucrativo negocio de algún cuñado o amigable  mano privada que se hizo rico no por el sudor de su frente y el trabajo, sino por el morro y por influencias.
VEGUEROS S.M. En manos de estos políticos... no somos nadie, ellos son todo.- 

martes, 10 de abril de 2012

MIENTRAS NOS MIRAMOS EL OMBLIGO ...

Luis Pérez Aguado
Escritor, Profesor e Historiador




Mientras nos miramos el ombligo…
       


Mientras en Europa y el conjunto de Occidente se miran al ombligo, el mundo está cambiando.
            Los países emergentes (los llamados BRIC: Brasil, Rusia, India y China) han seguido creciendo económicamente y perfilan un nuevo escenario internacional.
            Entretanto, los países de la Unión Europea en lugar de proponer  una alternativa económica sostenible se centran en recortar y ajustar, lo que sólo produce más paro y pérdida de derechos.
            ¡Es lo que los mercados mandan! – nos dicen. Y como corderitos, bobos de nosotros,  asentimos.
            ¡Falso! Porque ¿qué son los mercados  sino los sistemas capitalistas de producción?  Dicho de otro modo,  son  tácticas y formas  de especulación.  Y los talentos que  dirigen estas operaciones son, ni más ni menos que especuladores, personas que tienen nombres y apellidos. Casualmente, los que han provocado la crisis y ya sabemos todos que a “río revuelto ganancia de pescadores” Aunque  aquí los únicos que pescan en este río al que llaman  tan groseramente crisis son estos poderosos señores.
            Alemania, que incumple cada vez que le conviene los acuerdos europeos sin que nadie se atreva a cuestionarla, es, sin embargo, la que (con el visto bueno del BCE y el FMI)  marca las directrices  de la política común en la Unión.        
            La riqueza obtenida por los bancos y empresas alemanas no la han invertido es su país, sino que la han orientado hacia el exterior con fines puramente especulativos comprando deuda externa, inflando burbujas inmobiliarias y promoviendo la evasión y la inversión improductiva. Y son a ellos, a los bancos alemanes (y no olvidemos a los franceses) a los que, realmente, ha rescatado Europa porque han acumulado una gran cantidad de deuda de los países supuestamente rescatados. A estos últmos si se les ha obligado a recurrir a préstamos, que están calculados para que los países no puedan pagarlos. De esta forma la deuda externa se convierte en una deuda eterna.
            Cuando Islandia, harta de esta situación, dio la espalda a Europa y rechazó rescatar a los bancos y encarceló a los gobernantes culpables  de su crisis, comenzó a resolver sus problemas. Los islandeses decidieron en dos referéndums que primero eran ellos. Ahora están saliendo airosamente de la crisis. Están generando empleo y se prevé que triplicarán su crecimiento este año. Es un ejemplo claro de un pueblo que quiere escribir su propio futuro alejado de las decisiones y presiones  que imponen otros en las  sedes del FMI o la UE,  y  que están fuera  de la realidad ciudadana.
            Europa decidió silenciar al mundo la rebeldía de los ciudadanos islandeses  por temor a que algún otro país siguiera su ejemplo, porque, lógicamente, esto es negativo para los egoístas intereses de quienes quieren cambiarnos la vida, ya que para cumplir sus objetivos es necesario que todos entremos por el aro (por el suyo, claro) y estemos en el  mismo bando (es lo que, cínicamente, nos ladran continuamente). Y nosotros, ilusos, vamos y nos lo creemos.
            Un alto directivo empresarial español  para desacreditar la huelga general del 29 de marzo, dijo que con esa forma de actuar nos acercamos más a Grecia y nos alejamos de Alemania, y lo dijo precisamente ahora cuando las medidas de austeridad de Alemania están siendo cuestionas en su propio país y sus directrices están provocando más paro en Europa.  A tal alto cargo se le olvidó mencionar las numerosas huelgas que en esos días pululaban por allí y que afectaban al transporte público, a los servicios de salud, a la recolección de desperdicios,  a los controladores aéreos, a los bomberos y al personal de tráfico en tierra  de los aeropuertos de Fráncfort, Dasseldorf, Stuttgart y otros aeroparques, que causaron numerosas cancelaciones de vuelos. Y todo porque la señora  Merkel se ha dedicado a someter a los asalariados, a desmantelar a los sindicatos y a fomentar la precariedad del empleo.  A lo mejor los alemanes también se han cansado de que sobre ellos y no sobre los bancos y las grandes empresas recaiga todo el peso de la crisis.   
            Con la selectiva política económica que se está llevando  a cabo en Europa  se están incrementando a niveles alarmantes las desigualdades entre los estados y dentro de los mismos. La ambición desmedida de los que provocaron la crisis, que son los que siguen marcando las pautas hoy, está conduciendo a la desesperación a muchos ciudadanos.  La diferencia entre  ricos y pobres cada día  es mayor. En Italia los niños están yendo a trabajar. En Grecia se producen suicidios, como el reciente de un jubilado a las puertas del Parlamento que, en una nota desesperada, responsabilizaba a las medidas de ajuste de su gobierno de  aniquilar cualquier esperanza de supervivencia “Soy jubilado. No puedo vivir en estas condiciones. Me niego a buscar comida en la basura” Decía la nota.  Pero que no es el único caso. Desde el comienzo de la crisis se calcula que un 40% de muertes “accidentales” en  Grecia fueron  suicidios. Y es que la Iglesia ortodoxa sigue negándose a enterrar en suelo sagrado a  estos desesperados, de ahí el velo de silencio que aún se cierne sobre estos hechos. Mala cosa es cuando la gente empieza a suicidarse.
            Mala cosa también  es en nuestro país cuando, a pies juntillas, seguimos el modelo de ajustes y  en el camino (da  la impresión que intencionado)  nos estamos cargando el estado de bienestar. Claro que, a muchos de nuestros gobernantes les conviene seguir las reglas del juego, porque con esta excusa, aunque vayan dejando muchos resentidos en el camino (otros dirán muertos en el sendero) podrán hacer y deshacer a su antojo,  tomar medidas injustas que nunca sufrirán ellos, contribuir al enriquecimiento personal de familiares o privatizar -más bien regalar- cuatro hospitales públicos en Castilla La Mancha, por poner un ejemplo, a familiares y amigos de los dirigentes de la comunidad. Cuando la cohesión social se resquebraja es que hemos llegado al final. Es por decir algo.
VEGUEROS S.M. "Mientras en Europa y el conjunto de Occidente se miran al ombligo, el mundo está cambiando" (Luis Pérez Aguado).